El papa Francisco fue a una óptica céntrica de Roma este jueves para cambiar de anteojos y se armó un increíble revuelo por su presencia.

El pontífice llegó en un vehículo y entró solo a una muy concurrida óptica de la Via del Babuino, en el centro histórico, a dos pasos de la famosa Piazza del Popolo, provocando movimiento de gente frente a la vitrina de la tienda.

Rápidamente la gente sacó fotos y grabó videos que se difundieron a través de las redes sociales. Antes de comprar los lentes, Bergoglio también se hizo revisar la vista y estuvo en el lugar durante cuarenta minutos.

Según la agencia de informaciones religiosas I-Medias, el Papa le pidió al encargado de la tienda que le cobrara el precio normal, sin hacerle reducciones ni favores.

Francisco, que sería hipermétrope y sufre presbicia, fue cliente en el pasado de esta tienda, así como el papa emérito Benedicto XVI, según el sitio web del negocio.

"No quiero unas gafas nuevas, solo hay que cambiar los lentes, no quiero gastar", habría dicho el papa según el optómetra Alessandro Spiezia.