El hecho ocurrió en la juguetería Rincón de Ocio, de calle Alcorta, de la ciudad de Neuquén cuando tres menores - dos chicas de 15 y un varón de 10 años- rompieron una vidriera y se llevaron unos juguetes en la madrugada.

Una vecina alertó a la policía que detuvo, a tan solo 150 metros, a los tres fugitivos que se habían llevado un Spiderman, una muñeca Kitty y un osito panda. Los efectivos le pidieron a Gallo que hiciera la denuncia por el robo y el daño sufrido en el negocio, pero el no aceptó.

Todo lo contrario, el hombre decidió regalarle los juguetes a los chicos cuando estos le pidieron perdón.

''Yo les dije- agregó Francisco- que no hacía falta y que el daño sufrido yo lo arreglaría con trabajo. Para mi lo importante, dirigiéndose a la menor, sos vos. No perdiste una vereda, abriste una puerta que es la de mi casa que es también la de mi negocio. La mejor manera de pagarme, dado que estudiás, es que me traigas tu boletín con tu progreso''.

''Yo tuve una infancia muy feliz y como tengo mi esposa Cristina y cuatro hijos de 27, 25 23 y Benjamín de 13 años. Por eso a todos les deseo lo mismo y planteo a toda la sociedad que cada uno de nosotros haga algo por el otro. El bien al prójimo es un búmeran. Y verán que todo será diferente'', aseguró el juguetero.