"Seguimos firme con la librería y hemos anexado el rubro kiosco y regalería", contó Gabriel Barrios al programa "Viento Sur", que se emite todas las mañanas en Radio Nacional Neuquén.

Su vieja librería tomó popularidad por que tenía un cartel que decía: "Este pequeño comercio de barrio, familiar, está en contra de los especuladores de la economía".

Rápidamente se difundió por las redes sociales y tuvo repercusión en los medios y luego de que la presidenta lo pusiera como ejemplo protagonizó un spot televisivo fundamentando su decisión.

"El librero K, al borde de la quiebra" y "Cerró su negocio el librero que defendía los precios cuidados del Gobierno", fueron algunos de los borlones títulos de la prensa monopólica en marzo de este año tras "capear el temporal", tal como definió aquellos días difíciles con proveedores que no le querían vender mercadería.

Un reciente posteo de Barrios:

"Ahora encontramos una distribuidora que es 'Olivo Hermanos' y tenemos un trato muy cordial con precios lógicos", explicó Gabriel ante la consulta de los periodistas Marcelo Pascuccio y Hector Mauriño.

"Había gente que no nos dejaban entrar en los comercios a los que le comprábamos repuestos", recuerda el librero neuquino. "Algunos nos apoyaron y otros no, también nos han amenazado de muerte, nos reventaron los vidrios del local. Cualquiera que exprese su manera de pensar va a tener adherentes y detractores", contó.

"También venía mucha gente al local a estrechar la mano y tomar unos mates. Gente de otras provincias a conocernos. Hubo cosas malas pero también positivas más allá del mal desenlace de terminar cerrando las puertas. Ahora pudimos reabrir gracias al gesto de amigos y hoy estamos funcionando. De ahí el nombre del local que ahora es 'Mi loca vida'", confesó.

El nuevo local es un polirubro. A la librería le sumó un kiosco y una regalería. Orgulloso por el apoyo incondicional de su familia y amigos, asegura que mantiene los precios cuidados: "Ante la adversidad, tratamos de buscarle la vuelta para seguir funcionando. Mantenemos nuestra manera de pensar".

En este sentido, reflexionó que "pasa por una cuestión ideológica. Mucha gente practica la ideología de la puerta de su casa hacia afuera. Nosotros tratamos de hacernos fuerte en nuestra casa y desde allí plantar una semillita. A los que nos parece que están especulando no les compramos".

Cuando le recordaron que "Clarín pareció festejar" el cierre del local, el librero se lo tomó con humor. "No solo Clarín, mucha gente, hubo dos o tres asados en honor a eso", dijo entre risas.

Sobre su decisión de no aumentar los precios y la repercusión que lo llevó a las tapas de todos los diarios del país, destaca que "nació de una experiencia personal. Después fue tomando todo este carácter político que la gente misma le fue dando para uno y otro lado. Cuando nos iba bien éramos la bandera de uno y cuando nos iba mal el título de otro. Nosotros estamos acá, tratando de brindarle un beneficio a los vecinos".

El 18 de agosto pasado, Gabriel posteó en su muro de Facebook: "Para todos los medios que llenaron páginas con mi mal rato, para todos quienes trataron de sacar tajada y marcar una tendencia política con mi realidad, les tengo novedades…se puede ser mejor cada día. No se necesita más que la voluntad inquebrantable de saber que es posible, que pequeños gestos, pequeños cambio, pequeñas revoluciones diarias, en simultáneo, en equipo o a lo Quijote, hacen que tu entorno mute. Que los fantasmas asustan hasta que tomás el coraje de quitarles la sábana. Como el fénix vamos remontando otra vez este barrilete, que no se tapa con un dedo el sol, pero muchas manos juntitas dan una sombra reconfortante. Volvemos al ruedo con nuevo formato de kiosco-librería-regalería. Porque capeamos el temporal hasta escampar, porque la patria es el otro, pero básicamente la patria también es uno y en uno está la fuerza para llevar adelante el cambio necesario. A los imprescindibles amigos, familiares, hermanos del alma, gracias por tanto aguante!!!".