El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 dio inicio a la audiencia de este juicio, denominado "Automotores Orletti III y IV", ya que hubo otros dos juicios anteriores a represores con fuertes condenas.

Los enjuiciados en la causa son los ex policías federales José Néstor Ferrer, Rolando Oscar Nerone, Oscar Roberto Gutierrez, y el ex agente civil de inteligencia César Alejandro Enciso.

Anteriormente, por los crímenes cometidos en "Orletti", ya fueron condenados Eduardo Ruffo, ex agente civil de inteligencia de la SIDE, Raúl Guglielminetti, ex agente civil de inteligencia del Batallón 601 del Ejército Argentino,  Honorio Martínez Ruiz, ex agente de la SIDE, y el ex general de división retirado, Eduardo Cabanillas.

En esta audiencia que comenzará en los tribunales federales de Comodoro Py 2002, Encisco, conocido como "Pino", era yerno del general Otto Carlos Paladino, uno de los integrantes de la banda terrorista Triple AAA que comenzó durante el peronismo y ya en dictadura cívico militar, titular de la secretaria de inteligencia del Estado (SIDE).

El ex centro de tortura y exterminio, conocido como "Automotores Orletti", funcionó entre mayo y noviembre de 1976 en un ex taller de automóviles ubicado en el barrio de Floresta, y estuvo especializado en el denominado "Plan Cóndor". Allí huno exiliados de Uruguay, diplomáticos cubanos Crescencio Galeñena Hernández y Jesús Cejas Arias, cuyos restos fueron hallados en abril de 2013 en tambores metálicos de 200 litros rellenos con cal y cemento en una tosquera de San Fernando, en el norte del Gran Buenos Aires. 

Las audiencias del juicio se llevarán a cabo todos los lunes y viernes a partir de las 10.00. Estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de la Capital Federal, el mismo que en mayo pasado dictó la sentencia en la que se probó la asociación ilícita transnacional de las dictaduras del Cono Sur, conocida como Operación Cóndor. En aquél juicio también se juzgó un segundo tramo de los hechos de Automotores Orletti -el primer juicio fue en 2011-, por los que terminó condenado el ex agente de la SIDE, Miguel Ángel Furci. También intervendrá la misma fiscalía, encabezada por el fiscal general Pablo Ouviña, quien contará con la colaboración del personal de la Unidad de Asistencia para causas por violaciones a los derechos humanos durante el terrorismo de Estado.

Ferrer es acusado en calidad de autor del operativo que derivó en la privación ilegal de la libertad de Ana María del Carmen Pérez y Gustavo Gayá, y en el homicidio agravado de Estela María Moya de Gaya. El procedimiento ilegal fue realizado el 14 de septiembre de 1976 en la avenida Forest 1010 de Buenos Aires. Los cuerpos de Pérez y Gayá aparecieron luego, con los de otras víctimas de Orletti, en tambores de 200 litros rellenos con cemento que fueron arrojados a las aguas del canal de San Fernando.

Nerone y Gutierréz, en tanto, están imputados por su intervención en calidad de autores materiales en la privación ilegal de la libertad agravada de Lucía Victoria Grisonas (desaparecida) y en el homicidio agravado de su esposo, Mario Roger Julien Cáceres, durante un procedimiento llevado a cabo en Mitre 1050 de la localidad de General San Martín, provincia de Buenos Aires, el 26 de septiembre de 1976 por miembros del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal en coordinación con el Grupo de Tareas 5 de la SIDE.

El centro clandestino de detención, tortura y exterminio, "Automotores Orletti", funcionó en la calle Venancio Flores 3519/21, y funcionó hasta 3 de noviembre de 1976, según se acreditó judicialmente. 

En el primer juicio que se realizó, el fiscal Ouviña describió al centro clandestino que "tuvo la particularidad de alojar principalmente a personas pertenecientes a organizaciones políticas extranjeras, especialmente de Uruguay, Chile y Bolivia, y en este sentido también se ha comprobado que fue utilizado por miembros de las fuerzas represivas de esos países, quienes actuaban coordinadamente con la 'banda de Gordon' (en alusión a Anibal Gordón, miembro de la Triple A).  Y recordó que Orletti era conocido como Base O.T.1.8 en el cifrado lenguaje de los espías.

También remarcó el antisemitismo que caracterizó a los represores y señaló que la planta alta estaba destinada a los "interrogatorios bajo tortura" donde había "una máquina con que se colgaba a las víctimas, haciéndolas pender con sus brazos colocados por detrás, y que las bajaba y subía provocando que tocaran con la punta de los pies el piso que había sido inundado de agua y sal gruesa".