El crimen de Paola Acosta conmueve a Córdoba. La hija, de un tan solo un año, fue encontrada junto al cuerpo sin vida de su madre dentro de una alcantarilla en un barrio de la capital de Córdoba, fue hospitalizada en el Hospital de Niños de dicha provincia, y se encuentra  "fuera de peligro", aunque presenta una "fractura de fémur y múltiples lesiones".

La hermana de la víctima, Marina Acosta, cuestionó el accionar de la investigación por la lentitud del proceso.

"Responsabilizo a los que están a cargo de la investigación", dijo Marina en radio Vorterix, este lunes. "Siempre me hicieron creer que mi hermana había desaparecido por voluntad propia. Era una madre excelente, abocada a su hija. Jamás se iría sin decir adonde estaba", agregó.

"Si no hubiéramos salido a hacer un escrache a la comisaría, el final hubiera sido mucho peor", dijo.

La tía de la niña, contó que el último mensaje que llegó al celular de Paola fue del imputado, Gonzalo Lizzarralde.

"Fue la última persona con la que se contactó", dijo y agregó: "Tiene un mensaje de texto de él en el celular en el que le dice 'voy'".

Además, señaló que "la alcantarilla está en frente de una panadería donde él hacía los repartos", denunció.

Respecto del imputado, Marina dijo que Gonzalo Lizarralde nunca quiso reconocer a la hija, de un año y nueve meses.

Recién el 20 de agosto, tras un examen de ADN, aceptó que era suya. "No cumplió con nada: desde la cuota alimentaria, darle obra social, ni con tener que anotarla en el Registro Civil, ni con el régimen de visitas", refirió la hermana.

"Mi sobrina está con vida, se está recuperando porque es una leona igual que la madre. Este hijo de puta va a pagar por esto", dijo Marina, en relación a Lizarralde.

El padre biológico de la niña, identificado como Gonzalo Lizarralde, fue imputado por el "homicidio calificado por el vínculo" de su mujer, cuyo cuerpo fue encontrado el domingo a la mañana, alrededor de las 8:00, en la capital cordobesa.