La escena es una muestra de la violencia, la falta de comprensión y la inoperancia de la policía de la Ciudad, que necesitó seis efectivos para detener a un vendedor ambulante.

A pesar del reclamo de las personas que pasaban por el lugar y del pedido del hombre que lo único que había hecho era vender galletitas en la calle, los policías no entendieron razones y lo redujeron con violencia.