Cualquiera que asista a un torneo amateur de los tantos que se disputan en el AMBA, en todas las categorías, notará el nivel de crispación, agresividad, e ira que rodea a cada uno de los partidos.

Jugadores y amigos de ellos que no saben perder y están dispuestos a agarrarse a trompadas por un resultado o un fallo que no los satisface, o atacan sin aviso mediante a un rival, a los organizadores o al árbitro.

Se ha hecho carne en el futbolero medio la intolerancia a la derrota, y el considerar que nunca se debe a méritos deportivos sino que siempre es propia de una injusticia.

Esta vez sucedió en un partido barrial del fútbol amateur jugado en el complejo de canchas de fútbol sintético "Estación 98", que se encuentra en la Avenida Bartolomé Mitre 3951, en Avellaneda, donde hay más de quince canchas.

El árbitro expulsó a un jugador de un equipo y comenzó el aquelarre: no conforme con la roja, el sancionado del equipo que usaba camiseta oscura, empujó al árbitro. Pero no contento con esto, un compañero llega de atrás y le pega una trompada que lo tira al piso, y allí lo sacude con una patada a la cabeza.

La víctima fue atendida por los médicos del torneo y se le hacen estudios para saber la gravedad de la lesión sufrida. Agentes de la Comisaría Cuarta de Avellaneda actuaron de oficio e inspeccionaron este lunes las instalaciones del complejo.