Este miércoles fueron los padres de los alumnos que concurren a la escuela Rosario Vera Peñaloza, los que exigieron que se suspendan las clases y recién horas después las autoridades porteñas se hicieron eco de los reclamos dictando el cese de actividades. 

A pesar del cartel que informa en el ingreso del colegio la supuesta tarea exitosa contra las plagas, las evidencias de la presencia de roedores -como excrementos y animales muertos- continuaron apareciendo y obligaron a las autoridades a implementar un trabajo específico del Instituto Pasteur.