La decisión del rector se conoció mediante una carta abierta a la comunidad del Pellegrini. Allí detalló que el rectorado de la UBA le solicitó que adelantara el final de su mandato, que terminaba en junio, para así unificar el calendario con el de las autoridades del Buenos Aires y para que el próximo ciclo lectivo comience con un rector ya designado.

Roitbarg admitió en su misiva pública estar “muy cansado. Me han deteriorado los conflictos continuos, la falta de consensos internos, los enfrentamientos estériles sin motivo alguno, el protagonismo de los gremios docentes en temas de neto corte pedagógico, el obstruccionismo constante a cualquier proyecto orientado a revisar el plan de estudios”.

Asimismo señaló que su retiro le provocaba “por un lado, cierto pesar, porque no me da tiempo de culminar mi mandato en forma natural y sin apresuramientos; por otro, una sensación de liberación ante una gestión que, por falta de apoyo, cada vez se me hace más difícil”.

Cabe aclarar que los rectores del Pellegrini y el Buenos Aires son elegidos por el Consejo Superior de la UBA, a partir de los candidatos propuestos por el rector de la universidad, que suele atender a la terna elevada por las propias escuelas.