Un día después de la "travesura" de los cuatro jóvenes, trasciende que la Policía Federal imputó a un usuario de Twitter por haber "bancado" en su red social al joven detenido por compartir contenido que, desde el punto de vista oficial, resulta intimidatorio contra el jefe de Estado. Y entonces a la bronca del sector acomodado que defiende a Mauricio Macri por la vergüenza de que miembros de su comunidad hayan cometido el hecho se le sumó el enojo por la obvia doble vara que maneja la política represiva en Seguridad.

"Estábamos asustadas de ver tanta policía, no sabíamos qué pasaba, es un papelón lo que hicieron esas chicas, unas maleducadas. Dejame aclarar que acá somos muchos los que votamos al presidente, por eso no entiendo", le dijo una coqueta vecina a Infobae, desde la puerta de la casa de Federica Albisu.

"Esto es CUBA, acá el macrismo es fuerte. Somos gente de valores, de familias bien constituidas", describió Carlos, otro vecino, pero de la cuadra de Juana Ávalos.

"¿Qué hubiera pasado si eran pibes de barrios pobres?", se preguntaron muchos usuarios en las redes y la comparación refleja la discriminación a la que estamos acostumbrados por parte de las autoridades. Para unos, un tuit basta para ser llamados a declarar o responder como imputados ante el 'delito' informático, pero otros con los contactos suficientes pueden valerse de la afirmación "era una broma" para excusarse.

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