Algo hay que reconocerle a Eduardo Feinmann: creó un estilo que es copiado por unos cuantos presentadores de los canales hegemónicos. Ese estilo entre canchero, bromista, indignado, sobrador, puteador y profundamente antipopular que cala tan bien en el votante medio de Juntos por el Cambio.

Franco Mercuriali es un pichón de Feinmann. Se esfuerza, logra ser irritante, pero le falta carisma y gracia para imponer su odio disfrazado de información. Como en estas declaraciones que, al estilo de programa deportivo analizando el desempeño que perdió sus últimos partidos, se ríe de cosas menores con cara de perdonavidas.

Pero el comentario era sobre el encuentro del Presidente con John Kerry a quien le propuso discutir que la ayuda económica destinada a los países para disminuir el calentamiento global se pueda canjear por reducción de la deuda externa.