La pericia oficial sobre las fotocopias de los cuadernos, hecha por la Superintendencia Federal de la Policía Científica, División Scopometría, confirmó que en los dos únicos cuadernos que se analizaron, los números 7 y 8, hay 855 correcciones hechas por otras personas, es decir no por el chofer Oscar Centeno; que hay 195 casos en los que se utilizó liquid paper, sobre el cual se pusieron cosas distintas al original. En total, hasta el momento se percibieron 1.600 irregularidades en los textos. 

Además se pudo comprobar la utilización de cuatro tintas diferentes, lo que imposibilita saber cuándo se escribieron. La letra original sí es la de Centeno, pero en las correcciones intervinieron “varias manos”, o sea que la conclusión categórica es que los cuadernos fueron manipulados.

La principal diferencia detectada es que en los primeros cuadernos, donde no se habla de dinero, fueron escritos con otra velocidad que los últimos por lo que se presume que, en los que si se habla de montos de dinero, fueron dictados.

Así, todo el montaje generado desde la usinas del diario La Nación con el “periodista” Diego Cabot como testigo de la existencia de dichos cuadernos y replicado por Clarín y los medios hegemónicos se cae por su propio peso.

Tweet de Natalia Salvo
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