A nadie puede sorprender que Ricardo Bussi el hijo de un genocida condenado por delitos de lesa humanidad sea un negacionista de la dictadura y como si esto fuera poco coincide con la mirada de su jefe político, Javier Milei, y también niega la cifra de desaparecidos.

Cabe recordar que en el mismo debate Ricardo Bussi comparó al colectivo LGBT con discapacitados lo que no hace más que hablar de su nivel intelectual y explica muchas cosas, salvo que sea un dirigente político de la democracia del siglo XXI. 

El hombre sigue defendiendo la teoría de los dos demonios al asegurar que hubo una guerra y asegurar que en todas las guerras hay desaparecidos. En realidad debe haber querido decir que en todas las guerras hay muertos y en Tucumán, donde no hubo una guerra sino terrorismo de Estado, el responsable de muchas de esas muertes fue justamente el padre del ahora candidato a diputado.

Además de utilizar una chicana a Patricia Bullrich por su pertenencia a Montoneros, aseguró que los desaparecidos son 8500, 253 menos de los que aseguró Javier Milei.

Queda claro que tanto el candidato a Presidente por La Libertad Avanza como este personaje al que sólo apoyó el 4% de los tucumanos desconocen los documentos desclasificados en Estados Unidos que revelaron que al inicio de la dictadura militar el Ejército Argentino había reconocido que habían matado o hecho desaparecer a unas 22.000 personas entre 1975 y mediados de 1978 y que aún hay muchas denuncias abiertas y chicos apropiados que aún desconocen su identidad.