Una cosa es leer y escuchar que en las campañas electorales de los Estados Unidos es común ver como los candidatos se atacan con dureza y se utiliza cualquier elemento para herir al rival, y otra cosa es verlo en acción.

Hasta ahora, en líneas general en Argentina se acostumbra un tono de comunicación un poco más pactado, sin golpes por debajo del cinturón.

Pero todo indica que Horacio Rodríguez Larreta decidió cambiar la velocidad de la interna y le metió rosca a su último spot.