Por momentos, la intención de la querella que conduce la jueza y exmujer de Nisman, Sandra Arroyo Salgado no parece ser encontrar la verdad. El énfasis en sostener que es un homicidio, pareciera estar asociado a que eso implicaría que la causa pase a la Justicia Federal.

En ese sentido, resulta llamativo que mientras los medios hegemónicos aseguran que el perito de parte, Osvaldo Raffo, es un profesional excelente, algunos de los antecedentes dan qué dudar.

La periodista de 678, Cynthia Garcia, compiló parte del historial del perito.

Fue el que la policía Bonaerense empleó para cubrir al exsubcomisario Luis Pattien de los fusilamientos de Osvaldo Cambiasso y Pereyra Rossi.

En 1981 le escribió al General Camps,  cuando supo que Jacobo Timerman fue torturado. Raffo dice que revisó a Timerman y no presentaba signo alguno de violencia externa.

En el 1984 en el consejo supremo de las fuerzas armadas, además de investigarlo por orden del genocida y expolicía Miguel Etchecolatz dijo que más que un interrogatorio policial fue un diálogo entre dos personas.

Raffo negó las torturas a Jorge Rubinstein, secuestrado en la causa de Papel Prensa. Qué credibilidad tiene la pericia de un perito que negó torturas comprobadas por juicios de causa de Lesa HUmanidad.