Con la mirada puesta en la próxima etapa, el presidente Alberto Fernández y el ministro de Educación Nicolás Trotta se reunieron a fin de fijar las pautas de cómo debería ser un regreso organizado a la presencialidad, una vez cumplidos los plazos propuestos desde el ejecutivo.

Pero como la oposición se empecinó en politizar el tema, dejando a los chicos en el medio para los padres fue muy difícil saber que hacer a la hora de llevar o no a los chicos.

Esta confusión y retraso en el cumplimiento efectivo del decreto en la Ciudad de Buenos Aires no hizo más que retrasar el regreso a la presencialidad y por eso el presidente y su ministro tuvieron que sentarse a fijar las pautas de cómo será ese regreso.

Por otra parte y aunque parezca increíble tuvieron que comunicar a algunas escuelas la obligatoriedad de cumplir con la ley.