"Yo tengo libertad de expresión y puedo hacer una deducción" sostuvo Patricia Bullrich en una voltereta dialéctica que le permite ubicarse en el rol de inquisidora de cualquier cosa que le quiera plantear al gobierno nacional sin tener ninguna prueba que justifique sus palabras.

Ahora, envuelta en un juicio con el presidente Alberto Fernández, visitó los canales de televisión amigos donde faltan las repreguntas y los cuestionamientos y largó una serie de argumentaciones variada para finalizar amenazando con que será el mandatario quien finalmente deberá retractarse.