Los líderes sindicales de la oposición evaluaron como "muy importante" el acatamiento a la medida de fuerza implementada a través de los piquetes y las represalias a los trabajadores que se negaron a adherir.

Desde la CGT Azopardo, Hugo Moyano negó que la medida de fuerza haya tenido un trasfondo político y afirmó que se llevó a cabo "por las necesidades de los trabajadores".

"Algunos piensan que los dirigentes decidimos por nosotros mismos, pero no es así, los dirigentes interpretamos a los trabajadores", remarcó.

El camionero también se quejó de los techos a las paritarias: "Cuando le pongan techo a la inflación, los gremios le pondrán techo a la negociación salarial", pronunció.

El líder gremial rechazó que el paro fuese “un capricho” y denunció el trabajo informal, el trabajo infantil y esclavo, por los cuales responsabilizó tanto al Ejecutivo nacional como al porteño.

Por su parte, Pablo Micheli de CTA reclamó al Gobierno abrir "un lugar de diálogo" -en línea con las nefastas palabras de Barrionuevo, durante la mañana- y consideró que la Presidenta "siempre se sienta con quien la aplaude".