Imperdible, hay que notar sus gestos de sorpresa ante la presencia de un notero de América al que asocian con los chimentos.

Si hubieran visto a Lucas Martínez de 678, o el notero obrero de Duro de Domar, sin dudas su discurso habría sido otro; o simplemente, los hubieran evitado.

Pero no, ante la cámara de América se quedaron a contestar preguntas. Y cuando no tienen un spitch, cometen este tipo de sincericidios.