A pesar de las recientes declaraciones sorpresivas de Mauricio Macri intentando "acercarse" al discurso oficialista y estatista, la política de pritavizaciones sigue siendo la principal idea del Jefe de Gobierno porteño.
El Autódromo de Buenos Aires Oscar Gálvez es ahora el próximo objetivo del PRO, desde donde quieren entregar el predio estatal a manos privadas nada más y nada menos que por los próximo 30 años.
La metodología seleccionada es la de fideicomiso compartido con inversores privados, de los que se espera que inviertan en las 166 hectáreas que tiene el predio que hoy se ve bastante desmejorado.
A lo largo de tres décadas, estas empresas se quedarán con el "uso, goce y explotación" de todo negocio que se realice dentro del Autódromo, sumado al beneficio de las exenciones impositivas.
Evidentemente, lejos de tener la intención de invertir y hacerse cargo de este lugar tan importante en la Ciudad, el PRO prefiere venderlo al mejor postor siguiendo la línea de las políticas que se llevaron a cabo en los '90 y que devinieron posteriormente en una serie crisis institucional y económica.
Esta medida generó fuerte repudio en el resto de los legisladores, que vieron ingresar la iniciativa al parlamento porteño el pasado 6 de julio: un día espués que el PRO se impusiera en las urnas.
El proyecto, que lleva las firmas de Mauricio Macri y su sucesor Horacio Rodríguez Larreta, también cuenta con otro costado: un lujoso polo comercial, turístico y hotelero para que manejen las empresas, con restaurantes, bancos, estaciones de servicio y hasta un helipuerto. Todo esto, según trascendió, debería rondar los 50 millones de dólares de inversión, en la relegada y olvidada zona de Lugano.
Cabe recordar, que el martes se conoció también la intención del macrismo de vender en subasta pública parte del predio ferial El Dorrego, en Palermo, y hacer lo mismo con Buenos Aires Design.

A pesar de las recientes declaraciones sorpresivas de Mauricio Macri intentando "acercarse" al discurso oficialista y estatista, la política de pritavizaciones sigue siendo la principal idea del Jefe de Gobierno porteño.

El Autódromo de Buenos Aires Oscar Gálvez es ahora el próximo objetivo del PRO, desde donde quieren entregar el predio estatal a manos privadas nada más y nada menos que por los próximo 30 años.

La metodología seleccionada es la de fideicomiso compartido con inversores privados, de los que se espera que inviertan en las 166 hectáreas que tiene el predio que hoy se ve bastante desmejorado.

A lo largo de tres décadas, estas empresas se quedarán con el "uso, goce y explotación" de todo negocio que se realice dentro del Autódromo, sumado al beneficio de las exenciones impositivas.

Evidentemente, lejos de tener la intención de invertir y hacerse cargo de este lugar tan importante en la Ciudad, el PRO prefiere venderlo al mejor postor siguiendo la línea de las políticas que se llevaron a cabo en los '90 y que devinieron posteriormente en una serie crisis institucional y económica.

Esta medida generó fuerte repudio en el resto de los legisladores, que vieron ingresar la iniciativa al parlamento porteño el pasado 6 de julio: un día espués que el PRO se impusiera en las urnas.

El proyecto, que lleva las firmas de Mauricio Macri y su sucesor Horacio Rodríguez Larreta, también cuenta con otro costado: un lujoso polo comercial, turístico y hotelero para que manejen las empresas, con restaurantes, bancos, estaciones de servicio y hasta un helipuerto. Todo esto, según trascendió, debería rondar los 50 millones de dólares de inversión, en la relegada y olvidada zona de Lugano.

Cabe recordar, que el martes se conoció también la intención del macrismo de vender en subasta pública parte del predio ferial El Dorrego, en Palermo, y hacer lo mismo con Buenos Aires Design.