Después de la triste muerte de dos niños -que se hubiese evitado si la agencia de control gubernamental que pondera Mauricio, hubiera actuado a tiempo- en el incendio de un taller clandestino, la preocupación por la esclavitud de esta época en la ciudad de Buenos Aires, no parece estar en el foco de acción de Macri.

El jefe de gobierno estuvo en el programa "Los Leuco" de TN y ante la pregunta, apenas ensayó su excusa de siempre, poniendo al explotado en el lugar de victimario y dando a entender que la clausura de estos talleres clandestinos -que en su mayoría responden a las marcas multinacionales- la impiden los mismos trabajadores.

Es hora de ir ensayando una política seria, que piense en la denuncia de los empresarios inescrupulosos y en el apoyo de las personas que sin la garantía del estado, quedan comprometidas al capricho del esclavista.