Desde hace un mes, se sabe que en estas PASO no se podrá utilizar el sistema de voto electrónico que había impulsado el gobierno porteño desde fines de 2013, debido a una serie de demoras en su implementación y por las advertencias de distintos organismos de control sobre la ausencia de pruebas experimentales y capacitación de autoridades.

Sin embargo la consolidación de los datos que mañana envíe cada mesa electoral luego del primer escrutinio, será procesada por Magic Solutions Argentina (MSA), la misma empresa que ganó la licitación del voto digital para las tres fechas del calendario porteño, pero que, a pesar de la suspensión del voto electrónico en las PASO, igualmente intervendrá en el proceso de contabilización de los votos realizados con boletas de papel.

El detalle inquietante es que MSA tiene escasa experiencia en tabulación de escrutinios en boleta de papel ya que su especialidad es exclusivamente el voto electrónico.

Según publica Infonews, un alto funcionario porteño, consultado por esta contratación cuestionó además los números finales. "MSA está cobrando por consolidar los números de las PASO porteñas un precio parecido a lo que cuesta hacerlo en todo el país, pero aparte ganaron la licitación para hacerlo con voto electrónico, no con papel", disparó.

En 2013, el servicio de escrutinio provisional de las PASO del 11 de agosto y de las elecciones legislativas del 27 de octubre tuvieron un costo de 168,5 millones de pesos a cambio de la carga, procesamiento y difusión del recuento de los votos a nivel nacional por parte de la empresa Indra.

El director general Electoral de la Ciudad, Ezio Osvaldo Emiliozzi, atajó la crítica y recordó que en las elecciones anteriores el proceso estuvo en manos de la española INDRA. "Bueno, ahora siguen siendo en papel y lo hace otra empresa", sostuvo el abogado, pero no se pronunció sobre la naturaleza de la licitación actual.

La ruta de contramarchas que marcó al accidentado estreno de la boleta única electrónica ha desatado duras sospechas al interior del PRO, entre quienes responden a la precandidata Gabriela Michetti y aquellos que sostienen al jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta. En medio de la veda electoral, sus alfiles guardaron silencio, pero Emiliozzi, justificó la operación y los costos.

"Es cierto que MSA no va a dar el servicio total y no habrá voto electrónico, pero dará la provision de computos, contratará a 200 data entries. Todo eso hay que pagarlo, con la transmisión de datos incluida y todo tiene un costo", explicó el funcionario a Tiempo Argentino, poco antes de ingresar a la organización de la distribución de las urnas.

"Ningún cálculo es lineal y todo cuesta", remató el funcionario dependiente del subsecretario de Justicia Javier Alejandro Buján, cuyo jefe institucional es el ex juez federal y ministro de Justicia y Seguridad Guillermo Montenegro. Buján protagonizó en enero serias discusiones sobre las tardanzas electrónicas y, según fuentes cercanas, habría dado varias señales de alerta que derivaron en "la ley correctiva" que suspendió el sistema digital para las PASO.

Para hacer el procesamiento de los datos, MSA contará con un centro instalado en Diagonal Norte y Florida. Luego del cierre de las mesas, los 200 data entries contratados recibirán los telegramas digitalizados por el correo argentino y cargarán los datos en una base privada que finalmente informará los resultados finales a las autoridades electorales de la Ciudad.

El presupuesto original que había dispuesto el gobierno porteño fue de 245 millones de pesos para implementar en tiempo récord el voto electrónico en las PASO del 26 de abril, la primera vuelta del 5 de julio y el eventual balotaje del 29.

Según la orden de compra original para la implementación del sistema electrónico en los tres comicios, la Ciudad finalmente contrató a MSA por 216 millones de pesos, divididos en dos montos llamativamente dispares: 203,9 millones para digitalizar el voto en las PASO y la primera vuelta, sin distinción de sumas, y sólo 12 millones para la segunda vuelta.