Si bien fue una humorada tendiente a distender un momento de proselitismo rodeado de gente que lo apoya, Mauricio Macri no pudo dejar de hacer de las suyas y se mostró tal cual es, alguien al cual le gusta sentirse distinto.

Y bastó una invitación a tomar un café en un bar para que soltara el chiste preparado que carga con uno de los rasgos que lo identifican, el sentir que sus preferencias lo elevan con el resto de los habitantes del país.