Venía bien dirigido, sin que nada ni nadie lo interrumpiera, pero se tragó la curva. En su visita a la Mesa de Mirtha Legrand que conduce Juana Viale, Mauricio Macri continuó con su perorata de explicaciones y excusas sobre su gestión sin repreguntas picantes ni cuestionamientos consistentes por el descalabro que dejó tras sus cuatro años.

Pero se embaló y empezó a defender que las tarifas "valían lo que tenían que valer", sin registrar lo que significaron para millones de argentinos los aumentos desmesurados de los servicios. Pero como ejemplo de lo que es correcto puso a Uruguay, y recibió el inesperado contragolpe de Juana Viale,