Como se sabe, Sergio Massa tiene dificultades para ‘despegarse’ de uno de los dirigentes gremiales con peor imagen y, sobre todo, con peor historia en la Argentina: Luis Barrionuevo, quien sin embargo sigue al tigrense como perro andaluz.

El domingo, las declaraciones del líder del Frente Renovador aparecieron en el diario La Nación, y en la noche de ese día apareció en televisión, en el programa de Majul, donde éste lo inquirió para que repitiera ese “título”.

Habían pasado las horas y, muy probablemente, en el medio habrá intercedido la esposa del gastronómico, Graciela Camaño, figura descollante y considerada hasta factótum del agrupamiento massista. Incluso, el exintendente la llama su “madrina política”.

Y como los afectos también cuentan en política, la esposa del gastronómico habrá enviado su queja vía SMS o whatsapp o llamado telefónico –quién sabe– para que el diputado nacional bajase del decibeles de la crítica.

De hecho, las bajó, y en La Cornisa le costó repetir aquello con lo que muchos medios titularon en función de lavar la imagen pública de Massa, que sobre durante durante el paro piquetero, quedó pegado a Luis ‘te quemo las urnas’ Barrionuevo.

Vaciló, sonrió nerviosamente y relativizó sus dichos previos: “Lo dije como una cosa simpática...” Aunque muy simpáticos no les cayeron al matrimonio Barrionuevo-Camaño.