En su discurso para abrir un nuevo año judicial, Ricardo Lorenzetti se refirió a la sentencia de 1999 sobre el atentado a la embajada de Israel, considerando que se trata de "cosa juzgado".

Sobre ese atentado, dijo "hubo una sentencia en el año 1999, es decir, muy anterior a la conformación de la Corte actual", un fallo que "acordó cuál es la materialidad del hecho y quiénes eran los culpables. Encontró culpable a un grupo de Hezbollah".

En ese sentido, dijo que "esa sentencia está publicada y fue consentida por las partes. Nosotros no la podemos modificar. Es cosa juzgada", sentenció al respecto el titular de la Corte Suprema.

Además habló de los "problemas" que afrontan los tribunales para abordar los casos, que provocan tardanzas casi infinitas, al señalar que "el problema es que los tribunales están saturados".

"Primero tenemos que pedirles esfuerzo a los jueces y lo segundo es cooperación, porque en el año 2010 se crearon los Tribunales Orales 7 y 8, que hubieran solucionado estos problemas, pero todavía no hemos logrado que los conformen", dijo. "Si tuviéramos a los tribunales orales 7 y 8 –agregó Lorenzetti–, no habría estas demoras en los casos AMIA y Once".

A la hora de abordar el tema "impunidad", dijo que "es tiempo de terminar" con ella, "de terminar con esos procesos que no tienen resultados, con las investigaciones oscuras que se traban y no se sabe muy bien dónde terminan".

El ministro de la Corte sostuvo que "terminar con la impunidad también significa que nos enfoquemos en los procesos y no hagamos de ellos disputas de intereses, disputa de poderes o disputas de cuestiones que son ajenas a la lucha contra la impunidad".