Durante años el oficialismo en la Ciudad se mostró como un bloque unido, en el que todos defendían las medidas que se tomaban y parecían encolumnados atrás de las ideas que se decidían para ordenar el tránsito.

Sin embargo, las diferencias internas tras la guerra desatada por la sucesión de Horacio Rodríguez Larreta y la falta de liderazgo para organizar la transición, hizo que se sucedan los candidatos dispuestos a ocupar su lugar.

Cuando Jorge Macri parecía el candidato natural y la prenda de cambio del acuerdo entre Mauricio Macri y Larreta, apareció Martín Lousteau para meter la cola y embarrar la cancha. Con su estilo descontracturado hizo propuestas mirando hacia adelante.

Pero ahora apareció Ricardo López Murphy, quien se mueve en la dirección contraria. Acartonado, formal y rígido, está dispuesto a revisar lo que su partido hizo en el pasado, incluso sobre las bicisendas, uno de los caballitos de batalla de Juntos por el Cambio.