La militancia de Clarin contra el país tuvo en una nota publicada este lunes por una de sus plumas más notables, su punto máximo. Bajo el título Patria o buitres, la consecuencia de un fracaso, el editorialista Ismael Bermúdez -también columnista de Jorge Lanata en radio Mitre-, escribió en el diario que “el Gobierno ‘compró’ el lecho de rosas de la agenda ortodoxa".

¿Cómo? ¿Ahora acusa al Gobierno de utilizar una "agenda ortodoxa” cuando fue uno de los principales promotores de tomar ese camino?

Su gataflorismo es digno de la oposición -¿o son lo mismo?-, de aquellos que auguraban una avalancha de juicios de Repsol al país tras la nacionalización de YPF; de quiénes decían que Argentina no accedería al crédito internacional por no arreglar con el CIADI; de los mismos que auguraban todos los males por no acordar con el Club de París.

Y no hubo juicios de Repsol, y se acordó con el Club de Paris. El problema son los holdouts y Bermúdez no pudo tener la primicia. Ningún camino es un lecho de rosas, bien lo sabe este Gobierno, y más cuando se acuerda dentro de las normas que rige el mercado. De otro modo no se podría prohibir pagar a alguien que tiene y puede cómo cumplir con sus deudas.

Pero, repasemos algunos de los cálculos que Bermúdez hizo sobre la deuda con el Club, que no es de USD 6.000 millones. Primero, la calculó en 7.500 en 2010 y la subió a 9.000 en 2011. Pero justo antes de que el ministro Kicillof encabezara el equipo económico que alcanzó el acuerdo con el organismo de crédito, “ronda los U$S 10.000 millones”.

En una nota de marzo de 2014 -en la apertura de sesiones del Congreso-, firmó una nota en la que se quejaba de que la presidenta en su discurso ignoró los principales problemas económicos.

Apenas comenzó el año, amenazaba con que no se podía calmar el ánimo de los 19 países más poderosos, los integrantes del Club de París que estaba ávidos de un pago que según Bermúdez, no se concretaría. Allí se hace una caprichosa cuenta sobre el total de una deuda que no era tal.

En las mismas también menciona la situación con Repsol y los juicios con el CIADI como parte de los problemas económicos que el Gobierno debía resolver o incluso “ignora”, como escribió Bermúdez en relación al discurso de la Presidenta  de este año.

El 2 de junio de 2010, Clarin advirtió: “Club de París avisa: nadie debe esperar una quita”. Y en mayo de 2011, que la esa "deuda habría crecido US$ 2.000 millones”. Ah claro, y que “cerca de Boudou hablan de US$ 8.470 millones, 34,5% arriba del último dato oficial”.

La cuestión es que Bermúdez pifió todos esos pronósticos y cálculos. Pese a ello, casi como una amenaza, augura en el párrafo final de la nota de este lunes (aunque no lleva su firma): "Pero el tiempo no es neutral en economía. Ahora, con todo el poder a Kicillof pero con márgenes más estrechos por la recesión, la inflación y el dólar, se aceleran definiciones que se cuentan en días".

Y el mercado, completamente agradecido...