Pasan del grito enardecido, la cara crispada y el gesto de enojo, a la burla, el chiste fácil y el bullying como si estuvieran en el recreo del colegio secundario.

Pablo Rossi y Eduardo Feinmann saben cuál es su rol: denigrar cualquier acción del Gobierno, sea la que sea, y beneficie a quien beneficie.

Esta vez le tocó a la reapertura de ramales del ferrocarril argentino, un anhelo de muchos pueblos del interior, que sufrieron el escarnio y la denigración de la dupla de LN+.