En un terreno donde se suelen usar imágenes del orden establecido para construir una casa, de barcos que extravían el rumbo o de equipos de fútbol perdiendo por goleada, para graficar a los no legos en la materia de qué se está hablando, el anarco-libertario Diego Giacomini se pasó varios pueblos.

En una enloquecida metáfora según la cual Cristina y Alberto adoptan en Roma a un niño con la anuencia del Papa quiso hacer una pretendida analogía sobre el peso del poder político en la economía.