Desde un escenario de una escuela el Presidente no solo sorprendió haciendo un chiste desubicado de tinte sexual frente a menores de edad, hizo adoctrinamiento ideológico y se burló de un alumno que se desmayó, sino que incluso dirimió temas personales como si fueran cuestiones de Estado.

Así se refirió a un tema menor -la aprobación de una materia en la Universidad de Belgrano de su CM, Iñaki Gutiérrez- y retó a las autoridades de la institución.

Como único argumento citó que está siendo perseguido ‘por los radicales de la UB’ solo por ser libertario.