Javier Milei sigue cayendo en picada. Primero fue la libre portación de armas, después la ridiculez del mercado de órganos humanos y ahora en lugar de anunciar que si llega a presidente reducirá los impuestos o generará trabajo el diputado anunció con bombos y platillos que cambiará la sede de la embajada Argentina en Israel.

Claramente el hombre está algo desorientado o directamente está mirando otra película. Si quiere cambiar la sede de la embajada no es más que un gesto político pero algo muy menor como para anunciarlo cuando falta más de un año para las elecciones.