Este domingo se cumplieron 27 años del atentado a la sede de la embajada de Israel en Buenos Aires, el ataque terrorista del 17 de marzo de 1992 a que provocó 29 muertos y más de 200 heridos. El ministro de Justicia participó de una ceremonia y tuvo el tupé de hablar contra la "impunidad". 

Además de pasar un flojo momento político como alfil judicial de Mauricio Macri -acusó al juez Ramos Padilla y ahora la Corte Suprema le da la espalda- incluso aumentó la tensión con la diputada Elisa Carrió en una disputa de larga data, el funcionario cosechó el repudio de la agrupación Memoria Activa, que recordó su complicidad en la protección a los encubridores del otro gran atentado contra la comunidad judía, el perpetrado en julio de 1994 causando 85 personas muertas y 300 heridas.

"Los jueces dieron por probado el encubrimiento del atentado a la AMIA, maniobra global que los familiares venimos denunciando hace años. Se probó además, que el pago a Carlos Telleldín para que involucre falsamente en la causa a policías bonaerenses, fue ilegal, tal como dijimos las partes acusadoras a excepción de AMIA y DAIA, instituciones que consideraron al pago como un hecho legal y defendieron a su vez la actuación de Eamon Mullen y José Barbaccia. Los ex fiscales fueron condenados por incumplimiento de sus deberes como funcionarios públicos y, por lo tanto, quedó expuesta la iniciativa vergonzosa del ministro de Justicia, Germán Garavano, quien presionó a los abogados de la querella para que pidieran la absolución de Mullen y Barbaccia. Dicha operación fue denunciada por los familiares, por legisladores de la Coalición Cívica y por Mario Cimadevilla, quien estaba a cargo de la Unidad AMIA, y por lo tanto, el ministro Garavano debe renunciar y su accionar vergonzoso en defensa de los condenados debe ser investigado", resumió Memoria Activa después de la condena en febrero pasado en la causa que investigó el encubrimiento.

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