Entre la mucha tela que dejaron las primeras jornadas de declaración del espía Rolando Barreiro, quien permanecía prófugo y se entregó para contar parte del funcionamiento de este engranaje de espionaje, en virtud de convertirse en beneficiario de la figura de 'arrepentido', el espía detalló algunas de las tareas en las que participó.

Puntualmente, Barreiro habló de acciones y seguimiento contra Gisselle Robles la ex abogada del arrepentido Leonardo Fariña, que incluyó espionaje, intentos para robarle el auto famoso Audi A1 por el que cayó detenido la ex pareja de Karina Jelinek, además de que quisieron apropiarse de la documentación que entonces la letrada llevaba en el vehículo. 

Según reprodujo Página 12, Robles estuvo presente durante una reunión entre Fariña y Garavano, antes de que Fariña declarara: de acuerdo a los trascendidos, el ministro se habría comprometido a correr a ciertos jueces que podía fallar en contra del arrepentido (que acreditaba lavado de dinero oficial en manos del empresario Lázaro Báez) a cambio de que involucrara directamente a la familia Kirchner.

Barreiro describió -se quebró en varias oportunidades y confesó sentir miedo por su vida- que la estructura de espionaje ilegal que rodeaba a Marcelo D’Alessio tuvo responsables por parte del aparato estatal, precisamente en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), a cargo de Gustavo Arribas, íntimo colaborador de Mauricio Macri.