Mientras hablaban de un acuerdo nacional para que el que hay delinquido vaya preso, cuando Mariano Recalde aseguró que otro acuerdo al que se debería arribar es el de no condenar a alguien a través de los medios de comunicación.

Recalde aclaró que los delitos, cometa quien los cometa, deben ser juzgados en el lugar correcto y ahí saltó Sarlo a decir que ella jamás había cometido ningún delito.

Pero para ratificar su postura lanzó una dura acusación aunque obvio que sin nombrar a nadie, de que le habían ofrecido la vacuna "por debajo de la mesa" y que ella respondió "jamás, prefiero morirme ahogada de COVID".

Sería bueno que la señora, que se dice defensora de la República, realice una denuncia formal señalando a la persona que supuestamente le ofreció una vacuna de manera fraudulenta, aunque claramente ella es paciente de riesgo por su edad, porque justamente hay que predicar con el ejemplo y si eso realmente sucedió es un delito. 

El único objetivo que puede tener lanzar una acusación de ese calibre sin pruebas ni señalamientos es el poner en duda la transparencia de la campaña de vacunación.