Hernán Lombardi es un hábil declarante. Sabe exponer sus puntos con mucha solidez y cubrir los errores con cambios de frente inesperados o defensas ad homine que son difíciles de desarmar. 

Pero en su visita al canal América se encontró con hostilidades inesperadas, aunque solo eran preguntas pertinentes sobre temas de actualidad. Ante su falta de costumbre a que no lo dejen hablar libremente de sus temas favoritos e indaguen un poco más allá, se hizo manifiesto su malestar ante el momento incómodo que estaba pasando.