Fue a comienzos de mes cuando Giselle Robles presentó ante el juez de Dolores, Alejo Ramos Padilla, una serie de mails encriptados donde se evidenciaba una suerte de 'guión' elaborado por un sector de los servicios de inteligencia para atacar judicialmente a la senadora Cristina Fernández y a otros funcionarios de su gobierno.

Ahora, la letrada describió porqué quedó liberada de mantener el secreto profesional: los constantes aprietes, amenazas y seguimientos que denunció Robles son el fundamento de su necesidad de denunciar cómo los ministros de justicia y de Seguridad -Garavano y Bullrich respectivamente- colaboraron para acordar la excarcelación de Leonardo Fariña a cambio de una contundente declaración 'dirigida' y de un contrato de alquiler en una lujosa casa en Devoto.

En su descripción, la abogada -aceptada como querellante en la causa que investiga Ramos Padilla- contó cómo cambió de opinión Fariña que en un principio quería revelar haber sido víctima de una operación de sectores de inteligencia, que lo habían utilizado para "concretar un impacto institucional, una especie de golpe blando para erosionar la figura presidencial”.

Sin embargo, cuando en marzo de 2016 se prorrogó su prisión preventiva, Fariña optó por aceptar lanzar un declaración guionada a cambio de su propia libertad. Robles contó que buena parte de ese trato se selló en una reunión con el propio ministro Garavano.

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