Claramente la investigación del intento de magnicidio no estaba avanzando a la velocidad que pretendía la defensa de la vicepresidenta: "Estamos ante una causa de enorme relevancia institucional y ante un tipo de delito para cuya investigación el tiempo es clave", advierte el escrito presentada por la defensa de Cristina.

A raíz de este pedido formal, hubo dos allanamientos en la provincia de Buenos Aires con secuestro de celulares y otros dispositivos: uno a una mujer llamada Joana Colman que aparece en un grupo de WhatsApp vinculado a Gabriel Carrizo y les pasa información a él y a los "copitos", les baja línea y les dice que Fernando Sabag Montiel, atrapado tras intentar disparar, lo hizo por plata. 

El otro procedimiento estuvo dirigido a un hombre que aparece como "Jony White" en el celular de Carrizo, y a quien este le dice dos horas después del atentado a CFK que ahora planteaban "matar al jefe de La Cámpora", en alusión a Máximo Kirchner. También le anunciaba que estaban por tener "una reunión grupal" en Barracas que habría existido pero todavía no fue investigada, por lo que la vicepresidenta pide pruebas cuanto antes. 

El documento de la querella, presentado por José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal, le pide a la jueza que no deje ninguna pista sin explorar e insiste en marcar el peligro del paso del tiempo.