Prófugo desde 2012, Ibar Esteban Pérez Corradi fue extraditado hace casi un mes y puesto bajo el programa de testigos protegidos ya que los intereses del ministerio que dirige Patricia Bullrich apuntaban a salpicar al excandidato a gobernador bonaerense, Aníbal Fernández. Sin embargo, después de haber declarado cerca de 40 horas ante la jueza Servini de Cubría no ha dado nombres ni informaciones concretas para vincular a la gestión kirchnerista con el tráfico de efedrina, tal y como esperaba la ministra de Seguridad.

La premisa que lo pone en igualdad de condiciones con Martín Lanatta, ya condenado como autor material del triple crimen y que lleva un año detenido sin demostrar la responsabilidad política -a la hora de dar nombres, sólo admite saber apodos o nombres de pila, sin aportar las identidades- es justamente la imposibilidad de lograr el cometido de ''ensuciar'' al Gobierno kirchnerista.