El objetivo de la nota está claro, es desviar la atención de los televidentes del canal de La Nación y culpar a La Cámpora -el enemigo preferido al cual culpar de todos los males- de generar disturbios que llevaron a reprimir a la policía jujeña.

Incluso Gerardo Morales fue más allá y le puso precio al ‘trabajo’ de los supuestos militantes camporistas que llegaban de Córdoba para hacer el trabajo sucio: 25.000 pesos por cabeza.

Y como corolario, el gobernador de la provincia norteña se agregó una medalla señalando que así y todo no lo pudieron hacer porque los detuvieron a tiempo cuando llegaban en cinco colectivos, aunque llame la atención que no haya presentado ningún video ni foto de los supuestos ómnibus cargados de agitadores.