Los hechos son sencillos, después de ganar las elecciones con la boleta de Juntos por el Cambio un grupo de radicales quiso plantar bandera y ante la derrota interna decidieron armar otro bloque aunque tratan de explicar que siguen dentro de la coalición opositora a pesar de no respetar las decisiones internas.

O sea que los diputados que ganaron bancas con el macrismo ya no responden directamente a ellos aunque ni siquiera han asumido el cargo. Obviamente este extraño movimiento fue tomado como una traición por muchos votantes del macrismo pero el misógino diputado Fernando Iglesias quiso cargar las tintas sobre el periodismo por darle más espacio a la pelea interna de la oposición que a presuntos enfrentamientos en el gobierno.

Lo cierto es que esos supuestos enfrentamientos entre Cristina y Alberto sólo están en la cabeza de la oposición que no termina de entender que puede haber disidencias sin romper las alianzas.