En una pregunta claramente pactada con anterioridad, Eduardo Feinmann agitó la idea de que hay “comandos extranjeros”, particularmente de Venezuela y Cuba que vienen a “ayudar” con el vandalismo.

Lejos de negarlo la ministra Patricia Bullrich dijo que prefería no hablar del tema pero ante la repregunta, también pautada, aseguró que se está trabajando en el tema.

La última vez que se había escuchado algo tan descabellado fue en referencia a la muerte del fiscal Nisman, cuando, ante la imposibilidad de probar que lo hubieran asesinado se llegó a hablar de un comando venezolano iraní.

La idea claramente es instalar que los trabajadores y desocupados no están protestando por su situación ni pidiendo ayuda sino simplemente tratando de desestabilizar al gobierno y así “justificar” la represión.