Ya no ocultan sus diferencias. Horacio Rodríguez Larreta parece haber comprendido que Mauricio Macri no le cederá el espacio, y que tendrá que ganárselo solo.

Incluso lo tendrá que hacer a costa del exmandatario y sobreponiéndose a la andanada que le va a volcar desde sus medios adictos.

Como muestra basta el desempeño de Eduardo Feinmann, ocupándose de desmentir una historia menor del Jefe de Gobierno porteño, que podría haber pasado sin pena ni gloria, pero que marca que tendrá que cuidar hasta sus mínimos detalles.