Es entendible que un hombre que se define como ambientalista se oponga a la exploración y explotación petrolera offshore a la altura de Mar del Plata.

Lo que resulta un poco más difícil es que siendo abogado no pueda argumentar con hechos y se dedique a mentirle a la población.

Pudo haber hablado de un posible derrame, o de cómo podría afectar la vida marina pero se dedicó a hablar de un supuesta contaminación en México y después tiró la más increíble de la teorías, fácilmente refutable por cualquier persona que alguna vez haya ido a Río de Janeiro o siquiera que haya visto imágenes del lugar.

Don Enrique Viale, sin ponerse colorado, afirmó que "los propios cariocas no se bañan porque el agua está contaminada".

Casi tan ridículo como el argumento que desde la costa se podrían ver las plataformas de exploración que estarán a 350 kilómetros mar adentro.