En el mes de diciembre de 2022, no hace un siglo sino apenas un par de meses, Pablo Rossi se vanagloriaba de que su jefe, Mauricio Macri, no había aprovechado su posición dentro de la FIFA para conseguir la tan preciada foto con el mejor futbolista del mundo.

Pero ahora que Macri hizo exactamente eso, utilizar su cargo para forzar un protocolo y fotografiarse con Messi y el Dibu, parece que en realidad no era tan importante esa foto y que no cambia nada, aún si se hubiera dado con Alberto Fernández.

Uno tranquilamente puede cambiar de opinión pero cuando se cambia de opinión tantas veces en un período tan corto de tiempo da a pensar que en realidad el que cambió de opinión es el que da las órdenes y los que las reproducen no son más que sus esbirros.