Se sabe que es una actuación y sin embargo no deja de sorprender el nivel de cinismo y pérdida de la vergüenza que maneja Viviana Canosa con tal de imponer su agenda de ultraderecha.

Con afirmaciones antojadizas, sin datos, y dejándose llevar por sensaciones o versiones “que me dicen”, la conductora sobrevoló por todos los lugares comunes existentes en su afán de pegarle al populismo, para esmerilar la figura del gobernador Axel Kicillof.

El programa tenía un solo objetivo: apuntalar la candidatura de María Eugenia Vidal que estaba en el piso como invitada y a quien se presentaba como la solución a todos los problemas.