Le deben haber advertido de la peligrosidad de hacerlo, de la posibilidad de quedar como un oportunista, de aprovechar un éxito deportivo en el que no tuvo nada que ver para llevar agua para su molino, pero a Facundo Manes nada lo detuvo y se metió de lleno en el lugar común de los políticos.

El candidato radical cayó en lo esperado y comparó al país con un equipo de fútbol, y pidió que tengamos como ejemplo a la Scaloneta, para entender que si trabajamos unidos podemos conseguir cosas.

Pero claro, en el medio quedó el lawfare, la privatización de las empresas, los préstamos al FMI, la reducción de partidas escolares, y demás temas de la política que no tienen ninguna relación con el fútbol y que deben ser explicadas de otra manera.