A algunos les sonará razonable, les parecerá adecuado para los tiempos difíciles que atraviesa el país, pensarán que siempre es buena la austeridad y evitar los gastos innecesarios, incluso habrá quienes hayan comprado el discurso libertario que sostiene que los gastos del Estado son gastos con el dinero de la gente.

Pero muchos otros ya han advertido que se quiere decir cuando se habla de “austeridad”, cuando un político de derecha habla de “austeridad”. Nunca es una limitación a las rebajas impositivas para las grandes empresas, nunca un quite a la ayuda económica que reciben los grandes grupos económicos, no se trata de cortar la pauta de publicidad de los medios hegemónicos.

Se trata de recortar todo gasto social, de ayuda a los más necesitados, de beneficios para los trabajadores. Es como siempre, detrás de la piel de cordero de la austeridad, se esconde el lobo del recorte de los derechos adquiridos.