"Hago un llamamiento a la conciencia de los gobernantes para que alcancen un acuerdo internacional para abolir la pena de muerte. Y propongo a los católicos que haya entre ellos que cumplan un gesto de valentía ejemplarizante: que ninguna condena sea ejecutada en este Año Santo de la Misericordia", solicitó este domingo el Sumo Pontífice durante el Ángelus en Plaza San Pedro ante más de 20 mil fieles.

"Es un signo de esperanza ver que se desarrolla y difunde cada vez más en la opinión pública una posición contraria a la pena de muerte, también como instrumento de legítima defensa social. En efecto, las sociedades modernas tienen la posibilidad de reprimir eficazmente el crimen, sin quitarle definitivamente a aquel que lo ha cometido la posibilidad de redimirse", aseveró el Obispo de Roma.

"El problema debe abordarse desde la óptica de una justicia penal que esté cada vez más en línea con la dignidad del hombre. El mandamiento 'no matarás' tiene un valor absoluto y se refiere tanto a los inocentes como a los culpables", apuntó.

El papa Francisco concluyó su discurso con un mensaje dirigido a "todos los cristianos y a todos los hombres de buena voluntad", a quienes pidió "trabajar no solo para la abolición de la pena de muerte, sino también para mejorar las condiciones carcelarias en el respeto de la dignidad de las personas privadas de libertad".