En la mañana de este martes se produjo la reunión del gabinete nacional tras las vacaciones del ministro de Trabajo Jorge Triaca, protagonista de un escándalo mayúsculo que incluyó maltratos e insultos a una empleada y nepotismo.

Un escándalo cuya primera –aunque tibia– consecuencia fue que varios familiares de ministros del PEN debieran abandonar sus cargos en forma abrupta, lo que motiva una nueva interna en el Gobierno macrista entre los millonarios del gabinete y aquellos funcionarios que viven de sus salarios, según publicó el diario La Nación.

Pero, al parecer, alcanzó con que Triaca reiterara en esta reunión sus disculpas y tratara de explicar los alcances de su intervención en el gremio marítimo SOMU para que, al menos por ahora, los más indignados contengan su enojo entre las paredes de sus respectivos despachos –o de sus hogares, en el caso de los nuevos desocupados.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, fue quien ofició de vocero al término de la reunión encabezada por Mauricio Macri, y dijo que Triaca “aclaró los distintos puntos y presentó un informe que se va a presentar en la Oficina Anticorrupción sobre lo que fue la intervención del SOMU".

“Creemos que (Triaca) ha hecho un trabajo muy bueno” con la intervención del sindicato marítimo que conducía el detenido ‘Caballo’ Suárez, evaluó Peña, y pidió “separar las dos cuestiones”, en referencia al maltrato y los insultos hacia su empleada (en negro).

“Triaca ha aclarado ya la semana pasada y se informó públicamente la relación formal laboral que (Sandra Heredia) tenía con el hermano (del ministro) y ese acuerdo (se le pagó una indemnización) se firmó en sede del Ministerio de Trabajo de la provincia y el punto quedó aclarado”, concluyó el jefe de Gabinete.

Por el momento, entonces, el problema fue barrido debajo de la alfombra por un gabinete que, por órdenes del Presidente, busca brindar una imagen de unidad y de preservación de un “equipo” cuyas grietas, más tarde o más temprano, tomarán estado público.